Ser agradecido no es fácil, lo que sí es fácil es dar gracias. Uno puede dar gracias por algo que le benefició, o le trajo satisfacción, suplió un deseo o una necesidad, pero son cosas pasajeras. Se dan gracias por recibir un chicle, por ejemplo, pero de ahí a estar agradecido toda la vida por el chicle hay mucha distancia. Ser agradecido se entiende como una virtud de la persona, algo que es propio de ella, es natural, fluye en todo momento, forma parte de su Conciencia, mientras que simplemente dar las gracias corresponde más al campo del Conocimiento. Un niño da las gracias porque le han enseñado que así lo haga, pero no maneja, necesariamente, los conceptos de bondad y misericordia. Así pues, volviendo al ejemplo del chicle, uno da gracias por el chicle, pero cuando el chicle se acaba uno lo bota y ya, pasó al olvido, sin trascendencia. En cambio, las cosas intangibles y eternas, hasta las más insignificantes, las deberíamos agradecer siempre y en todo momento. Por