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Mostrando las entradas etiquetadas como Parashiot

Shiur: Sin modales, no hay Torah. Sin Torah, no hay modales.

Dice el talmud que el Jatam Sofer (es un acrónimo de Chiddushei Toiras Moishe Sofer y significa "Sello del Escriba". Se trata del nombre de Moses Schreiber (1762-1839)) tenía un secretario que era muy altanero por dos razones: Primero, porque era el secretario famoso del rabino y segundo, porque uno de sus tíos era un magnate, dueño de un banco. Entonces, cuando el Jatam Sofer se dio cuenta de lo que sucedía lo mandó llamar y le dijo: Si poseyeras el estudio de tus rabinos y la fortuna de tu tío, yo entendería tu altanería, sin embargo, tienes el estudio de la Torah de tu tío y la fortuna de tu rabino, entonces, ¿por qué tanto orgullo? Del estudio de la Mishna (Pirkei Avot) Cap 3 Mishna 17 de La ética de los Padres A propósito de esto, Eleazar ben Azariah, dijo, Capítulo 3 Mishná 17: “Si no hay Torah, no hay modales, y si no hay modales no hay Torah.” Si no hay sabiduría, no hay temor, y si no hay temor, no hay sabiduría. Si no hay conocimiento, no hay comprensión, y si no ha

Armonía de mundos Jacob, Esaú y la lucha por la doble herencia

Comentario de la Parashá Toldot, con el Rabino Oury Cherki La porción de Toldot comienza con: "Estas son las historias de Isaac, el hijo de Abraham". ¿Cuáles son estas historias? Rashi, el comentarista preeminente, explica que se refieren a sus hijos, Jacob y Esaú, mencionados en la porción semanal. ¿Qué quiere decir esto? Significa que Jacob y Esaú expresan, hasta cierto punto, los ideales de Abraham e Isaac. Se dice que Abraham encarna la bondad, mientras que Isaac representa el juicio. Y lo mismo ocurrió con Jacob y Esaú. Jacob adopta principalmente la bondad de Abraham y Esaú encarna el juicio de Isaac. Sin embargo, no son precisamente similares a sus padres porque Abraham e Isaac eran justos. En contraste, en el caso de Jacob y Esaú, uno era justo y el otro malvado. Tenga en cuenta que no estamos hablando exclusivamente de su comportamiento sino de su identidad. Se dice: "Y los niños luchaban dentro de ella (el útero de Rebecca)". Una vez más, volvamos al comen