El papel de las comunidades noajidas en la pluralidad del judaísmo: La visión del Rambam Maimónides comentada por el Rab Oury Cherki

La observancia de los principios morales por los pueblos del mundo (mitzvot Bnei Noaj) no está 
basada en una forma de “mandamiento”- obligación, sino que es voluntaria.

A continuación, exploraremos acerca del papel de las comunidades noajidas en el contexto de la pluralidad del judaísmo, basándome en las enseñanzas del Rambam (Maimónides) y aspectos halájicos relevantes. Las preguntas están diseñadas para reflexionar sobre su función, expectativas, responsabilidades y aceptación en la sociedad judía, con respuestas sugeridas que integran las perspectivas de Maimónides, principalmente de su obra Mishné Torá (Hilkhot Melajim 8:10-11 y Hilkhot Avodá Zará), así como principios halájicos generales.

Acerca de lo que se le dijo a Abraham en el comienzo de su elección: “Y el SEÑOR dijo a Abram: Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.”
(Génesis 12: 1-3). Fue por esto que fue elegido.

Y de acuerdo con este nombramiento, proclamamos dos veces al día: “Escucha Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es Uno”. Y este es el mandamiento de leer el “Shemá Israel” (Escuchar).

El significado de este verso según explica el comentario de Rashi (según el significado literal de la Escritura): “El Señor nuestro Dios” – ahora (es nuestro Dios), y no es Dios de otras naciones, pero en el futuro “el Señor es Uno”, será el mismo para todos los pueblos. Y para explicar el significado de la palabra: “Uno”, Rashi cita dos versos. Un verso de Zacarías (14: 9) “Y el SEÑOR será rey sobre toda la tierra; aquel día el SEÑOR será Uno, y Uno su nombre.” Y el segundo verso de Sofonías (3: 9) “En ese tiempo daré a los pueblos labios puros, para que todos ellos invoquen el nombre del SEÑOR, para que le sirvan de común acuerdo”. 

Esta lectura es muy importante para comprender el contenido del mandamiento de “Shemá Israel”, buscando a través de la unión, rectificar el mundo bajo el mandato de Dios.

El Rambam (Maimónides), en las Leyes de la idolatría dice que “todos los que se han unido a la fe de Abraham son llamados la Casa de Abraham”. No son hijos de Israel, sino que están apegados a la fe de Abraham. Y un ejemplo de esto es Naamán, un comandante militar arameo, que es considerado un Toshav (es decir, un no judío de la fe judía).

Y también el profeta Jonás, y el profeta Isaías, y muchos otros profetas se dirigieron a otras naciones para acercarles la palabra de Dios, que conozcan el Verbo Divino. Y la Epístola de “Maimónides a Yemen” (en hebreo: אגרת תימן, Iguéret Teimán) dice que los profetas fueron enviados a los pueblos del mundo antes de la entrega de la Torá, para llevarles la palabra divina.

Por lo tanto, es muy claro que el carácter del Judaísmo Bíblico es universal. Está dirigido a toda la humanidad. Y también lo es la posición del Talmud. Por ejemplo, el rabino Akiva dice: “Amado es todo hombre creado según la Imagen de Dios, … como está escrito: ‘A imagen de Dios creó al hombre’ (Tratado de Abot -Instrucciones de los Padres, 3:14). Y solo luego dice entonces: Israel es amado, porque son llamados: los hijos del Altísimo … porque les dio un recipiente precioso”.

Por lo tanto, el carácter universal de la literatura del Talmud es perfectamente comprensible. Y lo mismo puede decirse sobre muchos de los temas que se tratan en el Talmud, especialmente aquellos en los que se examinan los mandamientos de Bnei Noaj. Aunque, el número de estos mandamientos varía según las diferentes opiniones.

De aquí surge la pregunta, ¿por qué entonces el judaísmo en este sentido es considerado “cerrado” es decir, ¿Por qué se acepta comúnmente que el judaísmo no se centra en toda la humanidad, sino sólo en los judíos?

La respuesta es simple: durante el largo exilio en el que nos vimos obligados a padecer, estábamos ocupados para simplemente sobrevivir. Y el que está ocupado con la cuestión práctica de cómo estar vivo hoy y llegar hasta mañana, no está en condiciones de involucrarse con los otros, incluso cuando este es su propósito principal.

¿Pero qué podemos hacer en estos caos? Este mundo es el mundo del Altísimo, Bendito Sea, y Él decidió hablar con las naciones también a través de los recipientes que oscurecen la luz. Y ahora que hemos regresado a nuestra tierra, es hora de abrir la Luz Primordial a los pueblos del mundo. Y dijo el profeta Isaías (25: 7): “Y destruirá en este monte la cobertura que cubre todos los pueblos, el velo que está extendido sobre todas las naciones…” Las personas del mundo están cubiertas por algún velo, y esta es su teología, lo que les impide recibir la Luz que proviene de Israel.

Vemos que cuanto más fuerte es Israel en la esfera política, más los pueblos del mundo reconocen nuestro lugar central. Como dice Isaías (42: 6) “…y te pondré como pacto para el pueblo, como luz para las naciones.

Jatam Sofer: distinción entre los conceptos de “Goy” y “Ben Noaj”

Otro entendimiento sobre lo dicho por el Rambam es presentado por el Jatam Sofer, (El rabino Moshe Sofer (conocido como el Jatam Sofer, “escriba la firma”, el título de su libro “Jidush Torat Moshe,” para abreviar – Hatam) 1762 Frankfurt – 1839, Presburgo, ahora Bratislava, líder de la comunidad húngara un gran rabino y una autoridad halájica.) que él refiere en un comentario sobre el tratado Julin (33-a). 

El Rambam dice que es necesario prestar atención a cuál es el término utilizado en cada halajá. En el noveno párrafo, está escrito “Goy” (Gentil), y en el décimo párrafo está escrito “Ben Noaj”. Y la diferencia aquí es clara, “Goy” – es una persona de las naciones del mundo, que todavía no ha aceptado los siete mandamientos de Noé. 

La Halajá le dice: “¿Deseas cumplir el mandamiento del lulav, a pesar de que no tomaste el mandamiento de no matar?” ¿Cómo se va a cumplir con el mandamiento de lulav – si está escrito en el libro de Proverbios (15: 8): “El sacrificio de los impíos – una abominación para el Señor” ¿Quieres orar a Dios, dar Tzedaká? Si es que todavía no has tomado sobre ti mismo el mandamiento de renunciar a los lazos prohibidos y otras normas de moralidad. Por lo tanto, le decimos a esa persona: “No, cumple primero con los siete mandamientos, y nada más. No puedes guardar mandamientos adicionales más allá de esto.

Pregunta 1. ¿Qué espera la halajá de las comunidades noajidas en términos de su interacción con la sociedad judía, y cómo pueden fortalecer los lazos con esta?
La halajá, según Maimónides (Hilkhot Melajim 10:12), espera que los noajidas vivan como "justos entre las naciones" (jasidé umot haolam), lo que implica un compromiso con la ética y el respeto hacia la Torá. Aunque no están obligados a observar los 613 mandamientos judíos, se espera que mantengan una relación de respeto y cooperación con las comunidades judías, reconociendo la centralidad del pueblo judío en la preservación de la Torá. 

Para fortalecer lazos, las comunidades noajidas pueden: 
(1) aprender de rabinos ortodoxos sobre las leyes noájidas; 
(2) participar en diálogos interreligiosos que respeten las diferencias teológicas; (3) apoyar causas judías, como la defensa de Israel, desde una perspectiva ética; 
(4) evitar sincretismos que diluyan la pureza monoteísta. Estas acciones crean puentes sin comprometer la distinción halájica entre judíos y no judíos.

Pregunta 2. ¿Qué responsabilidades halájicas específicas tienen las comunidades noajidas según Maimónides, y cómo deben estructurar sus vidas para cumplirlas?

En Hilkhot Melajim 9:1, Maimónides detalla las siete leyes noájidas como obligaciones vinculantes para todos los no judíos. Halájicamente, las comunidades noajidas deben estructurar sus vidas en torno a estas leyes, lo que implica:
 
(1) rechazar cualquier forma de idolatría, incluyendo creencias o prácticas que contradigan el monoteísmo puro; 
(2) evitar blasfemar el Nombre de Dios; 
(3) respetar la santidad de la vida humana, absteniéndose de la violencia; 
(4) mantener la integridad en transacciones y propiedades; 
(5) adherirse a normas de moralidad sexual; 
(6) tratar a los animales con humanidad; y 
(7) establecer sistemas judiciales para garantizar la justicia.

Además, Maimónides enfatiza que un noajida debe aceptar estas leyes por la autoridad de la Torá (no solo por razón), lo que implica un estudio básico de los principios de la fe judía. Las comunidades deben organizarse para educar a sus miembros, promover la observancia y crear tribunales o liderazgos para resolver disputas éticas.

Está claro que, de acuerdo con el Rambam, el único que puede observar mandamientos adicionales es quien es reconocido como Ben Noaj, y en opinión del Jatam Sofer esto incluye también la observancia del sábado y el estudio de la Torá – es decir, no como en los comentarios donde se dice que no puede observar el sábado o estudiar Torá. (El Jatam Sofer habla claramente de esto en sus nuevos comentarios en el tratado Julin, 33-a).

Queremos añadir que este comentario del Jatam Sofer también aparecen en las publicaciones de rabinos de Jabad, en el compilado (una la colección de fuentes sobre Bnei Noé) llamado: “Be-Kol Bnei Karkar Sheth” (“y la derrota de todos los hijos de Set”, una cita de la profecía de Balaam, Números 24:17) No todos en Jabad se adhieren a este punto de vista, pero así lo expresa uno de los rabinos de Jabad.

En cuanto a los demás preceptos, el Rambam añade que aquello en donde algo resulta prohíbido para el judío, para el Ben Noaj puede significar una advertencia, más no una obligación.

Pregunta 3. Según el Rambam, ¿cuál es el propósito teológico y práctico de las comunidades noajidas en relación con el judaísmo, y cómo contribuyen a la pluralidad religiosa?
El noajismo amplía la pluralidad del judaísmo al mostrar que la Torá ofrece un camino ético universal, distinto pero compatible con la misión particular del pueblo judío. Maimónides, en Hilkhot Melajim 8:10-11, establece que los noajidas (Bnei Noaj) son aquellos no judíos que cumplen las siete leyes noájidas (prohibición de idolatría, blasfemia, asesinato, robo, relaciones sexuales ilícitas, crueldad hacia animales y establecimiento de tribunales de justicia) por reconocimiento de la Torá divina. Su propósito teológico es participar en la santificación del Nombre de Dios al vivir éticamente según las leyes universales dadas a la humanidad.

El Santo de los Santos será consagrado” Esto debe estar relacionado con lo que Rambam escribe en las Leyes de Shmita y Yovel (capítulo 13, párrafo 13):
“Y no sólo la tribu de Levi – sino todo hombre, de cualquier parte del mundo, que es el deseo de suespíritu y de su sabiduría el querer acercarse y estar frente a Dios, para servir, venerar y conocer a Dios actuando de forma recta, de acuerdo con la justicia, ya que fue creado a imagen de Dios, dejando de lado todos los cálculos impertinentes, él es considerado como santificado, “Santo de los Santos”.

Las palabras” todo hombre, de cualquier parte del mundo” obviamente significan cualquier persona, tanto judía como no judía. Y las palabras “servir, venerar y conocer a Dios” obviamente significan guardar los mandamientos y estudiar la Torá.

¿Dónde tomó el Rambam la expresión “Santo de los Santos”? Esta es una cita del Libro de Crónicas I (23:13) “Y Aarón fue separado para ser santificado, Santo de los Santos”. Por lo tanto, esta es la conclusión del Rambam sobre las palabras del rabino Meir, quien dijo que “un no judío que estudia Torá es como el Sumo Sacerdote”. (Aarón era el sumo sacerdote allí). “Y Dios será su parte y herencia para siempre. Y le proporcionará prosperidad en este mundo, como se le proporciona a sacerdotes y levitas.” Esto se refiere obviamente, a una persona digna de los pueblos del mundo que está comprometida con la Torá y los mandamientos.

Pregunta 4. ¿Cómo pueden las comunidades noajidas contribuir a la visión de Maimónides sobre la redención final, y qué papel juegan en la pluralidad del judaísmo en este contexto escatológico?

Para Maimónides, las comunidades noájidas (aquellos que siguen las Siete Leyes de Noé) desempeñan un papel crucial en su visión de la redención final. En Hilkhot Melajim 11:4, describe la era mesiánica como un tiempo en que toda la humanidad reconocerá a Dios y vivirá en justicia, con los noajidas jugando un papel crucial al adherirse a las siete leyes. Las comunidades noajidas contribuyen a esta visión al promover el monoteísmo y la ética universal, preparando el mundo para la redención al reducir la idolatría y la injusticia. 

En la pluralidad del judaísmo, su rol es complementario: mientras los judíos cumplen los 613 mandamientos como "reino de sacerdotes" (Éxodo 19:6), los noajidas extienden los valores de la Torá al mundo gentil. Esto refleja una visión inclusiva donde la diversidad de roles (judíos y noajidas) converge en un propósito común: la santificación global del Nombre de Dios.

También, Maimónides establece en el Mishné Torá (Hilkhot Melakhim 8:11) que cualquier gentil que observe las Siete Leyes de Noé por reconocerlas como mandamientos divinos revelados a Moisés es considerado "jasidei umot ha-olam" (los piadosos entre las naciones) y tiene "parte en el mundo venidero".

Esta posición es revolucionaria porque:
1. Afirma una pluralidad religiosa dentro del marco monoteísta.

2. Reconoce la legitimidad de caminos no judíos hacia Dios.

3. Establece un fundamento ético universal basado en la razón natural.

En la concepción de Maimónides, los noájidas contribuyen a la redención final de varias maneras:

En la difusión del conocimiento de Dios: Al adoptar el monoteísmo ético, ayudan a cumplir la profecía de que "la tierra se llenará del conocimiento de Dios como las aguas cubren el mar" (Isaías 11:9).

En la colaboración en el tikún olam (corrección del mundo): Participan en la reparación del mundo mediante la observancia de principios éticos fundamentales.

En la creación de una sociedad global justa: La observancia de las leyes noájidas establece los cimientos de justicia necesarios para la era mesiánica.

Marco teológico-político
Para Maimónides, la era mesiánica no implica la conversión de todos al judaísmo, sino la creación de un orden mundial basado en:

1. El reconocimiento universal del Dios único,

2. La aceptación de principios éticos universales,

3. La coexistencia armónica de diversas tradiciones religiosas bajo un marco compartido.

Esta visión constituye un paradigma de pluralismo religioso estructurado, donde el judaísmo mantiene su particularidad mientras afirma la validez de otros caminos religiosos que cumplan con ciertos criterios fundamentales.

Aspectos escatológicos
En la escatología maimonidiana, los noájidas forman parte integral del "olam ha-ba" (mundo venidero) porque:

- La redención final no es exclusivamente judía sino universal.

- La justicia divina reconoce la virtud independientemente de la pertenencia étnica o religiosa.

- El cumplimiento de las leyes morales básicas constituye un servicio divino legítimo.

Esta visión representa un equilibrio sofisticado entre particularismo judío y universalismo ético, permitiendo múltiples expresiones de la relación con lo divino.

Pregunta 5. ¿Qué nivel de aceptación tienen las comunidades noajidas en la sociedad judía contemporánea, y qué desafíos enfrentan según perspectivas halájicas?
La aceptación de las comunidades noajidas en la sociedad judía varía. Desde la perspectiva de Maimónides, un noajida que cumple las siete leyes por la autoridad de la Torá es considerado un "justo" y merece respeto (Hilkhot Melajim 8:11). En las comunidades ortodoxas que siguen esta visión, los noajidas son valorados como aliados espirituales, aunque no como judíos. Sin embargo, en la práctica, muchos judíos desconocen el noajismo, y algunas corrientes (especialmente las menos tradicionales) pueden verlo con escepticismo, temiendo sincretismos o malentendidos teológicos.

Los desafíos halájicos incluyen: 
(1) la falta de un liderazgo rabínico unificado que certifique la observancia noájida; 
(2) el riesgo de que algunos noajidas adopten prácticas judías (como el Shabat o el uso de kipá), lo cual está prohibido halájicamente (Hilkhot Melajim 10:9); y 
(3) la necesidad de educar a las comunidades judías sobre el valor del noajismo para superar prejuicios.

Restricciones del Radbaz sobre “mandamientos adicionales”
Cabe señalar que, de acuerdo con lo escrito por el Radbaz, hay una limitación para los preceptos adicionales que pueden tomar los Bnei Noaj.

El Radbaz sostiene, sobre algo de lo cual el Rambam no ha hablado, pero que bien podría ser importante. Él dice: “Y con todo esto, en los mandamientos asociados a la santidad y la pureza ritual – como el Sefer Torá, Tefilín y Mezuzá – Me inclino a pensar que debemos limitar y no permitir que lo hagan.”

Aparentemente, aquí se entiende que un Ben Noah no puede escribir un Sefer Torá, Tefilín o Mezuzá. Pero también se puede entender que no se puede poner Tefilín. Ya que hay un pasaje en el Talmud (tratado de Avodá Zara 3A), que establece que en el futuro las personas del mundo comenzarán a ponerse Tefilín en la cabeza y decir: “Nosotros somos también Israel”. Esto se ve negativamente. El Talmud continúa y dice que durante la guerra de Gog y Magog detendrán esta práctica.

Por lo tanto, se recomienda a cualquier persona que quiera tomar para sí mandamientos adicionales, después de haberse presentado y tomado la declaración delante de un Beit Din – recomendamos no ponerse Tefilín.

Distinciòn entre “Guer Toshav” y “Ben Noaj”
¿por qué el Rambam no habla de “Guer toshav”, sino que dice “Ben Noaj”? Parecería que, si hay una diferencia entre quien tomó para si los  siete mandamientos y el que no lo aceptó, entonces el Rambam debería haber escrito “Guer toshav”.

Creo que la razón de esto es la posición de Rambam con respecto a Guer Toshav, como él dice: “un Guer toshav es aceptado solo cuando el Yovel (Jubileo) tiene validez y se lleva a cabo (quincuagésimo año).”

La obligación del estado con un Guer Toshav existe solo cuando tiene validez el Jubileo. Pero el no judío justo no tiene la culpa del hecho de que no observemos el Jubileo lo que causa que no pueda convertirse en un Guer toshav. Por lo tanto, se convierte en Ben Noaj, y cuando comencemos a observar nuevamente el Jubileo, entonces se llamará Guer toshav.

Que hoy en día no aceptemos a un Guer toshav significa que, por parte del judaísmo, no tomamos la iniciativa, no asumimos automáticamente la obligación de la Torá acerca de la no-judíos que viven en la Tierra de Israel. Pero si en nuestro tiempo, un no judío asumió la obligación de guardar los siete mandamientos frente a un Beit-Din, y desde ya que no hay restricciones para formar un Beit Din que acepte su declaración. Entonces este se aplicará a las leyes como las de un Guer Toshav, pero sin recibir el “titulo” o nombre de Guer Toshav. Y se lo llama Ben Noaj.

Quizás también depende de si vive dentro o fuera del país (de Israel). Hay comentaristas que escribieron sobre este tema. Por ejemplo, el rabino Yehuda Gershuni en el comentario sobre el Rambam, en las Leyes de Reyes dice que tal vez la prohibición de “shituf” (es decir, unirse a algo a la idea de lo Divino) para un Bnei Noaj depende de dónde él vive, si en la tierra de Israel o en fuera de esta (Aunque en mi opinión, esta idea no se corresponde a la ley de la halajá).

El Ritva tiene un enfoque especial. Él escribe en los comentarios al Tratado de Makot 9A, que hay una diferencia entre Guer toshav y Ben Noaj. Guer Toshav es quien asumió la observancia de los siete mandamientos frente a un Beit Din, y Ben Noaj es quien no lo hizo frente a un Beit Din, pero que sabemos que los cumple.

Si aplicamos la palabra del Ritva al enfoque del Rambam, resulta que Ben Noaj, puede realizar preceptos adicionales, incluso si él no aceptó los mandamientos ante el Beit Din – lo principal es que sabemos que observa los siete mandamientos. Pero nosotros en “Brit Olam” creemos que es necesario que la persona se comprometa a cumplir los siete mandamientos frente a un Beit Din – y esto con el fin de ser considerado como un Hijo de Noé, en el sentido que le permita llevar a cabo y observar preceptos adicionales.


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