Ciclo de Enseñanzas: Confianza en el Creador N° 2
El Creador del universo, el Todopoderoso, es el Casamentero, el Medico, el Ministro de vivienda, el más grande Educador, el Psicólogo, el Juez. Es bueno para el sustento, bueno para curar, para consolar, es bueno para las parejas, etc
La persona que siente de esta forma, que antepone su confianza en el Creador a cualquier otra cosa, está de hecho aceptando que el Creador hace mejor las cosas que ningún otro, y es causa de festejo en el cielo que lo haga de esta forma, por mínimo que sea el requerimiento, siempre dice: “Señor Tu eres mejor que yo en esto y en aquello, enséñame a hacer las cosas correctamente”. Es un gesto de humildad, de reconocimiento, de fidelidad, esto se llama en hebreo Bitajón y siempre va de la mano con la Emuná, la Fe auténtica.
De esta manera, la persona debe agradecer por todo, incluso –y más aún- por las cosas que no entiende. La persona que se sienta a comer y no le agradece al Creador por su comida, es como si la estuviera robando, porque en su conciencia piensa que se merece esa comida. En cambio, la persona agradecida come alegremente, mucho o poco, pero está seguro que el Eterno le sustentará nuevamente al día siguiente, no se preocupa.
No somos buenos en nada, sino que el Creador pone destrezas en cada uno, y se manifiesta a través de las obras de nuestras manos, si Se lo permitimos. De lo contrario siempre encontraremos el fracaso.
La persona que siente de esta forma, que antepone su confianza en el Creador a cualquier otra cosa, está de hecho aceptando que el Creador hace mejor las cosas que ningún otro, y es causa de festejo en el cielo que lo haga de esta forma, por mínimo que sea el requerimiento, siempre dice: “Señor Tu eres mejor que yo en esto y en aquello, enséñame a hacer las cosas correctamente”. Es un gesto de humildad, de reconocimiento, de fidelidad, esto se llama en hebreo Bitajón y siempre va de la mano con la Emuná, la Fe auténtica.
De esta manera, la persona debe agradecer por todo, incluso –y más aún- por las cosas que no entiende. La persona que se sienta a comer y no le agradece al Creador por su comida, es como si la estuviera robando, porque en su conciencia piensa que se merece esa comida. En cambio, la persona agradecida come alegremente, mucho o poco, pero está seguro que el Eterno le sustentará nuevamente al día siguiente, no se preocupa.
No somos buenos en nada, sino que el Creador pone destrezas en cada uno, y se manifiesta a través de las obras de nuestras manos, si Se lo permitimos. De lo contrario siempre encontraremos el fracaso.
Tomado del Libro “En el Jardín de la Fe” – Rabi Shalom Arush
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