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Hombre y Mujer los Hizo


El hombre fue Creado del polvo de la tierra, “a imagen y semejanza del Creador” y la mujer fue creada de una costilla del hombre. Desde este relato del Génesis el Bendito ya nos está diciendo que existen diferencias entre el hombre y la mujer.


El hombre, básicamente es tierra, y es necesario que así sea para poder ser moldeado de acuerdo con el propósito que viene a cumplir en este mundo, a ser una mejor persona. Desde que nace, el hombre debe ser perfeccionado, incluso a los 8 días de nacido debe hacer la Brit Milah (circuncisión). Si no es moldeado adecuadamente, seguirá siendo solo eso, un montón de tierra, es decir, un hombre en su expresión más animal.


En cambio, la mujer nace completa, no necesita quitarle ni ponerle nada. Su naturaleza está diseñada para ayudar a perfeccionar al hombre, por eso es su ayuda idónea.


El alma de la mujer está más íntimamente relacionada con el Creador, pues la mujer comparte más con el Creador en el proceso de la creación de un nuevo ser. Su alma experimenta la formación de cada órgano, la conexión de cada célula, cada nervio, el funcionamiento del corazón y eso la hace estar en otro nivel distinto al del hombre, así no sea consciente de ese proceso. De ahí que la recuperación de la madre de una niña es más larga que cuando se tiene un niño. Porque la madre ha compartido más tiempo con el Creador y necesita regresar a su estado natural.


El hombre que desea casarse para ser feliz está en un error. El hombre que se casa debe hacer feliz a su esposa, ese es su fin en el matrimonio. El rol de un esposo es dar, complacer a su esposa, hacerla sentir en todo momento que ella es única. El libro del Zohar compara al hombre con el Sol y a la mujer con la Luna, ella necesita la luz del Sol para brillar y mientras más luz recibe, más brilla.

La mujer aprenderá a corregir a su esposo con amor, a estimularle a ser mejor, mientras que el hombre traerá la paz en el hogar y con la felicidad de su esposa llegarán las bendiciones de HaShem. Ambos, esposo y esposa, son el equipo perfecto.


Sin embargo, la mujer debe tener en cuenta su rol en el matrimonio. Deberá meditar en este asunto y estudiar en las Escrituras para obtener la sabiduría que necesita para ayudar a crecer a su esposo. No basta su inteligencia natural y la sensibilidad de sus sentidos, es necesario que estudie y practique lo que la Toráh le enseña. La felicidad de la mujer en el matrimonio está determinada por el grado de sabiduría que alcanza, para estar feliz con la porción que HaShem le ha dado y la manera de obrar en su hogar.


El hombre que ignora esta enseñanza está conduciendo su vida y su hogar al fracaso. Luego de pasar por amargas experiencias y dificultades, problemas conyugales, con los hijos, de sustento y de todo tipo, finalmente destruye todo lo que algún día soñó con tener.


De ahí que el hombre debe estudiar y meditar todos los días en la Toráh, como una disciplina, pues el Creador mismo lo dice “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”, en donde la persona también hace parte en el proceso de su formación.

"El Midrash dice que HaShem nos dio la Toráh sólo para traer paz entre el esposo y la esposa" - Rab Shalom Arush. - Es tan importante la paz conyugal que la Toráh fue dada sólo para eso, para corregir los malos rasgos de carácter y lograr el amor y la unión. La paz es lo más importante.

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