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Todo el éxito y la felicidad de la persona dependen de la paz conyugal.


Enseñan los Sabios: “Hashem no pudo hallar una mejor vasija para contener la bendición de Israel que la paz” (Guemará). A partir de esto aprendemos que la paz hogareña es una de las condiciones básicas para poder recibir toda la bendición y la abundancia del Eterno. Únicamente por medio de la armonía conyugal uno puede recibir Su bendición, y viceversa: cuando uno no tiene paz conyugal, de ninguna manera va a tener bendición en lo que hace.

La fórmula es muy simple: cuando el marido no respeta a su mujer, no hay paz conyugal. Y la paz es el único recipiente digno de contener la abundante bendición de Hashem. Sin paz conyugal, no hay vasija que pueda contener la bendición Divina. 

Hay muchas parejas que ganan menos de una décima parte de lo que ganan muchos hogares de famosos y millonarios, a pesar de eso no les falta nada. No tienen gastos inesperados – el refrigerador les funciona toda una vida; el coche no necesita ir al taller cada dos por tres. No viven del crédito del banco y están conformes con lo que tienen. ¿Cuál es el secreto? Es muy simple: cuando el marido respeta a la esposa, prevalece la paz en el hogar. Y entonces la familia es una vasija digna de contener la bendición de Hashem. Ese hogar está lleno de bendición.

Ahora podemos comprender lo que dicen nuestros Sabios: “El marido siempre debe cuidarse de respetar a su mujer, ya que la bendición del hogar es en mérito de la esposa”. Esto parecería contradecir lo que dijimos antes, respecto a que la única vasija para recibir la bendición de Hashem es la paz. Entonces ¿cuál es la fuente de la bendición Divina – la paz o el respeto a la esposa?

De hecho, no hay contradicción en este caso, porque cuando los Sabios dicen que la paz es la vasija que se necesita para poder contener la bendición Divina, se están refiriendo a la paz conyugal, la paz doméstica. ¿Y cómo se obtiene dicha paz? Respetando a la esposa.

Rabino Shalom Arush

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