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Pensamiento Noajida es una plataforma digital que se enfoca en promover el estudio y la difusión del Noajismo. Una identidad espiritual, dentro del judaísmo, que se basa en la observancia de los siete mandamientos universales dados por Dios a Noé después del Diluvio y confirmados en la Torah de Moshé.

El Noajismo es un movimiento que se enfoca en la ética, la moral y la espiritualidad, y busca fomentar el crecimiento espiritual y la conexión con Dios. Pensamiento Noajida propende a crear un espacio de diálogo y reflexión para aquellos interesados en el Noajismo.

A través de este sitio web compartimos artículos, entrevistas y otros recursos que abordan temas relevantes para toda la humanidad. Además, Pensamiento Noajida busca crear comunidades de personas que comparten la misma fe (Emuná) y la visión del mundo Noajida.

¿Cómo se interpreta la Toráh?


La Toráh es la sabiduría de Dios. El intelecto, por su propia naturaleza, permite —y demanda, por supuesto— diferentes formas de entendimiento, en especial cuando se trata de abordar la infinita sabiduría del Dios infinito.


Nuestros sabios nos dicen que la Toráh se puede interpretar de cuatro maneras generales: peshat, remez, drush y sod.

1) Peshat es la interpretación simple de la Toráh. Cuando el versículo (Bereshit 1:1) dice que “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”, quiere decir exactamente lo que dice, en sentido literal.

2) Remez es el conjunto de pistas y alusiones contenidas en la Toráh. Una de las metodologías que emplea la Toráh para elaborar estas pistas es la gematría, el valor numérico que tienen las letras del alfabeto hebreo. Por ejemplo, la gematría de “Bereshit bará” (“En el principio creó”) es la misma que la de “b'Rosh Hashaná nivrá ha'olam” (¡“El mundo fue creado en Rosh Hashaná”!).

Tanto Bereshit bará como b'Rosh Hashaná nivrá ha'olam suman 1116.

3) El Drush (o Midrash) explica el significado más profundo del versículo. La palabra hebrea para “En el comienzo” es bereshit. El Midrash nos dice que esta palabra se puede separar en dos: b-reshit. La Toráh nos dice que el mundo fue creado por dos (“b”) “reshit”s (“primeros”): los judíos y la Toráh. Aunque esta no es la interpretación simple de la palabra, es una forma verdadera y válida de entender la Toráh.

4) Sod (secreto) es la parte mística, esotérica de la Toráh. El Tikunei Zohar —un libro que da setenta explicaciones esotéricas diferentes para la palabra bereshit— explica que esta palabra también se puede separar en “bara shis”: “creado (con) seis”. Esto es porque el mundo fue creado gracias a los seis poderes emocionales de Dios: la bondad, la severidad, la belleza, la victoria, el esplendor y el fundamento.

Dentro de estos cuatro métodos para entender la Toráh, existen innumerables caminos posibles de entendimiento. Por ejemplo: según el peshat, hay muchas maneras diferentes de entender la Toráh. Es por eso que hay tantos comentaristas de la Toráh que se centran en él—Rashi, Ibn Ezra, Rashbam y muchos más— y con frecuencia (pareciera que casi siempre…) están en desacuerdo en lo que respecta al significado literal de un versículo.

De hecho, según las enseñanzas cabalísticas, ¡hay 600.000 maneras de entender el peshat, 600.000 maneras de entender el remez, 600.000 maneras de entender el drash y 600.000 maneras de entender el sod!

Toda perspectiva sobre la Toráh es aceptable en la medida en que no contradiga ninguna de nuestras creencias fundamentales (y en la medida en que tenga sentido).

Nuestros sabios nos dicen que “cualquier jidush” (idea innovadora) que se le pueda ocurrir a un discípulo respetable ya le fue dada a Moshé en el Sinaí. “Moshé pudo no haber escuchado la idea específica que acaba de pensar un rabino miles de años después, pero los fundamentos de esta idea le fueron dados en el Sinaí”.

Dios nos dio las herramientas para hurgar en las palabras de la Toráh y revelar la sabiduría divina que se esconde en su interior.

Cuando se trata de la halajá, sin embargo, hay una única verdad; porque mientras que la Torá es la sabiduría de Dios, que, como ya mencionamos, da lugar a diferentes opiniones, la halajá no es el intelecto, sino más bien la voluntad de Dios. Y la voluntad es absoluta, y no admite dos maneras de ver las cosas.

El rabino Naftali Silberberg, nacido en Detroit. Conocido por su agudo ingenio y extenso conocimiento del Talmud. Él reside en Brooklyn, NY, con su esposa Jaia Mushka y sus tres hijos.
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