Religión y Nación
Por el Rabino Uri Sherki
El Rabino Uri Cherki nació en Argelia en 1959, se trasladó con su familia a Francia, en donde vivió algunos años, y concretó su aliá a Israel en 1972. Ha sido discípulo del Rabino Zvi Yehuda Hacohen Kook en Merkaz Harav, y del Rabino Yehuda León Ashkenazi. Se ha graduado de rabino y ejerce como rabino de la congregación Bet Yehuda en el barrio Kiriat Moshe de Jerusalém. Asimismo, dirige el Departamento Israelí del Instituto Meir, el centro de Meir de estudios judíos en francés [CMEJ] y el centro mundial de Noájidas e imparte clases de judaísmo en Roch Yehudi.
Antes de que nuestro padre Abraham recibiera el mandato de Dios de ir a la tierra de Israel, estaba comprometido en acercar a la gente al conocimiento de Dios, en general, como esta escrito: «y las alma que ellos hicieron En Harán (las personas que habían logrado congregar en Jarán )» (Genesis 12:5), y en la traducción de Onkelos: » Las personas que acerco a la Tora en Jaran «.
Pero ¿qué incluía esta Torá que enseñó Abraham en Jaran? Aparte de los siete mandamientos en los que se ordenó a los hijos de Noé, parece que la intención de nuestro antepasado Abraham era enseñar y promover que, a través de su devoción y apego al Creador, así el hombre santifica su vida. Esta enseñanza es un movimiento que pertenece a la dimensión de la santidad del individuo únicamente, y no conlleva ninguna relación a la dimensión nacional, general.
Se puede decir que en este punto nuestro antepasado Abraham consideró establecer una religión monoteísta destinada a todas las naciones del mundo. La innovación que irrumpió en la conciencia de Abraham cuando escucho: «Lej Leja» (“Vete para ti”) fue que el debía abandonar el camino que había seguido hasta sus setenta y cinco años, como podemos entender de la simple significado de lo dicho: «Vete para Ti», que significa: para ti mismo, solo para Ti (pueden referise al Natziv de Voloshin sobre este tema*) de modo de establecer una nación específica, conectada a una tierra específica, es decir, un Estado. Es este un movimiento que pertenece a la dimensión de la santidad del Todo , una santidad general, de lo nacional, y no solo relacionado a la santidad del individuo, la santidad religiosa.
¿Cómo reaccionó nuestro antepasado Abraham? Por supuesto, siguió la palabra de Dios y se fue solo, como está escrito en el versículo:
» Y Abram se fue, como El Eterno le había mandado, y Lot fue con él; Abram tenía setenta y cinco años cuando se fue de Jarán. «(Genesis 12:4). Lot se une a Abraham, pero no es esto el resultado de la iniciativa de Abraham, sino del mismo Lot que decidió seguirlo.
Pero en el versículo siguiente encontramos lo contrario: » Abram tomó a su mujer Sarai y a Lot, el hijo de su hermano, y todas las riquezas que habían acumulado y las personas que habían logrado congregar en Jarán; y se fueron en dirección a la tierra de Canaán y llegaron a la tierra de Canaán.” (Ídem 12:4).
Para poder entender de esto, deberíamos decir que Abraham salió de Jarán dos veces. La primera vez solo, para cumplir con la palabra de Dios y comenzar con el establecimiento de la nación hebrea. La segunda sumo a sus seguidores, significando que junto a su nueva misión la Nacional-general, buscó adjuntar su primera misión, la religiosa-individual.
El resultado de este doble movimiento generó al final del asunto la división entre Ismael, quien fue bendecido con muchos descendientes para difundir la fe monoteísta, de Abraham -esa que precedió a la revelación- y entre Isaac, quien está a cargo del pacto, » Pero mantendré Mi pacto a través de Itzjak (Isaac), a quien Sara dará a luz el próximo año para esta época».»(Genesis 17:21) a quien: “ Abraham le dio todo lo que poseía a Itzjak (Isaac)” ».»(Genesis 25:5) quien lleva y cumple con la bendición de la santidad general, la Nación hebrea.
De aquí también el significado de la división de la propiedad entre ellos. Para difundir la fe religiosa, no hay necesidad de un estado, no hay necesidad de un país. Más bien, enraizamiento en un territorio puede entorpecer el mensaje cosmopolita, y por tanto Ismael no tiene parte en la tierra santa.
Lo que no es cierto cuando se trata de una entidad política, esto conlleva a la necesidad de una tierra, un pais, y por lo tanto, solo Isaac hereda la tierra de Canaán, y desde allí irradia al mundo entero el secreto de la Santidad general, para la corrección del mundo entero, de todas las naciones de la tierra.
Tomado del Centro Noajida Mundial Brit Olam.
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