La Transición desde la Idolatría hacía el Monoteísmo de la Torah
Recientemente tuvimos oportunidad de compartir espacio con nuestro querido amigo Shimón Andrés Sepúlveda, emprendedor chileno del canal Noajidas.TV, gracias al programa Cara a Cara del grupo Estudiantes Universales. Agradeciendo de antemano los buenos oficios de nuestro gran amigo también, Nehemías Martínez.
Para las personas que ya han empezado el camino del aprendizaje y la puesta en práctica de las 7 Leyes de Noaj, conforme a lo establecido en la Torah, no es nuevo hablar de monoteísmo como la creencia racional en Un solo Dios, UNO y Único, indivisible, sin asociaciones e incomparable con ninguna otra cosa. Sin principio ni fin, no hay nada más por fuera de Él porque Él lo es todo y lo abarca todo.
Sin embargo, una de las discusiones más recurrentes entre los noajidas y aún entre los mismos judíos es definir el noajismo, algunos no se ponen de acuerdo ni siquiera en la utilización de este término, ya sea como movimiento, como religión, como identidad, o lo que sea que eso signifique.
Decir que el noajismo es una religión sería tan válido como decir que el judaísmo también es una religión, ya que el concepto de Bnei Noaj se desprende de la relación establecida en la Torah, de los no-judíos con los judíos. Obviamente pensar que el judaísmo es una religión sería algo muy pobre, ya que compete con muchas otras cosas, tanto de lo cotidiano como de lo trascendental. Y, por otro lado, pensar que el noajismo es una "nueva" religión sencillamente no es aceptable ya que las 7 leyes de Noaj son pre-existentes a la entrega de la Torah, y fueron ratificadas para las naciones dentro del Pacto del Sinai juntamente con las 613 obligaciones para el pueblo judío cosa que no se puede decir de las verdaderas nuevas religiones como el cristianismo y el islam que se formaron muchos siglos después.
Según las palabras del profesor Reuel Rolando, lo religioso está en los ojos del religioso. Para ser tomada como una nueva religión habría sido necesario añadir nuevas reglas, leyes añadidas, distintas a las que Dios ya ha ordenado en la Torah y eso, gracias a Dios, ninguna comunidad noajida lo ha hecho. Aquí vale la aclaración de que en efecto, si se presentan casos de comunidades noajidas asumiendo roles de judaísmo, como un para-judaísmo, en cuanto a rituales, celebración de festividades, y hasta en el modo de vestir, lo cual no tiene razón de ser y tampoco es un mandato Divino y no debería ser el comportamiento de una comunidad noajida, con la salvedad de que tampoco está prohibido, solamente que no es halájico, no tiene sentido hacerlo, entonces deja de ser algo racional y se comienza a involucrar lo emocional y se traspasa esta fina linea es la que separa al noajismo de la religión.
Hacer referencia a la idolatría, es entender que Dios es el Creador y la creación al mismo tiempo, que los elementos creados no son dioses ni tienen el poder de crear nada. No existen fuerzas o entidades contrarias al Eterno, simplemente no hay mas deidades, solamente aquellas en las que el imaginario colectivo ha depositado su fe atribuyéndoles conciencia, virtudes y poderes que, en realidad, no poseen, como en el caso de las fuerzas naturales y los cuerpos celestes. Tal es el caso del Panteísmo. El cristianismo, por su parte, también hace referencia a que Dios concibió un hijo para hacerse humano, afirmación que raya en lo blasfemo. Dios, Bendito Es, es indivisible.
Poner la fe y la esperanza en cualquier otra cosa o persona, y pensar que va a servir como intermediario entre el individuo y su Creador es dejar de creer que todo depende de Dios y que todo es Dios. Perder la Emuná es lo peor que le puede suceder a una persona.
También se debe entender como idolatría a todo tipo de veneración que se tenga por una persona religiosa, llámese pastor, sacerdote, rabino, imán, etc. En el noajismo, entendemos que también se puede considerar un nivel de idolatría a todo aquello que desplace, de alguna manera, el primer lugar que Dios debe tener en nuestra vida. Entendiendo que todo lo que hacemos tiene un propósito Divino, por lo tanto, el trabajo, la empresa, los títulos, la familia, y todas las demás cosas, tienen un propósito Divino y que cuando alguna de estas actividades tiene más prioridad que el servicio Divino, entonces estamos cayendo en idolatría.
Cuando la persona recién ingresa a una comunidad noajida, ya viene con unos conceptos, una forma de pensar, estructurados según la idolatría en la que se hallaba. Por eso es tan importante des-aprender para poder aprehender todo lo nuevo que le está enseñando la Torah, es como empezar a vivir en un mundo totalmente nuevo, en donde no tienen cabida las malas prácticas del pasado.
Se recomienda siempre observar todo y preguntar todo, pero no es válido comparar lo que dejó con lo que se le presenta ahora. Hay que dejar todo atrás, sin ningún tipo de resentimiento ni sentimientos de culpa, y comenzar a trabajar para rectificar lo hecho y aprovechar el tiempo que le queda para elevarse espiritualmente. Hablamos de que no es válido comparar porque la Torah es algo, diametralmente, opuesto a lo que le enseñó la religión idolatra. No hay puntos en común, no hay nada de que discutir. Tratar de conservar aquella forma de pensar para adquirir conocimientos de Torah es un absurdo absoluto que no va a conducir a la persona a nada bueno, solo va a crear confusión y caos. Algunos terapeutas lo llaman disonancia cognitiva, cuando los dichos y los hechos no son congruentes, o se encuentra con dos conceptos distintos frente a un mismo pensamiento.
Entonces, se da el caso de las personas a las que les cuesta trabajo adaptarse a esta nueva forma de vida. Llegan a la comunidad noajida esperando encontrar la "hermandad" identificarse con sus pares, llevar una vida religiosa, llena de rituales y esperar a que todo se lo den diluido desde arriba, olvidando que debe adoptar una nueva actitud frente al Creador y el mundo, en donde ya no valen los rituales, los cantos, los intermediarios, sino que depende únicamente del nivel de relación que logre consolidar con Dios, mediante el dialogo y las buenas acciones. Los sabios enseñan que todo el universo se sostiene por el estudio de Torah, las buenas acciones y la plegaria o servicio Divino.
En el cristianismo por ejemplo, se les inculca que las obras no tienen el mérito que tiene la gracia. Este es un concepto demasiado arraigado en esas personas y es de los puntos más difíciles de corregir, porque nunca habían estudiado y practicado una mitzvá, un precepto, como algo ordenado por Dios, independientemente de si le gusta o le parece bien o no. Por ese estilo, todo el "nuevo testamento" cristiano está lleno de argumentaciones para desafiar el cumplimiento de la Torah y mientras más profunda haya sido la relación emocional de la persona con su religión cuanto más difícil va ser para ella romper todos esos esquemas, porque ha involucrado sentimientos con enseñanzas erradas y sin fundamento.
Otro aspecto fundamental de la religión que no van a encontrar en el noajismo, principalmente los cristianos ya que es el caso más común en occidente, es la eterna lucha entre el bien y el mal, personificando el mal como fuerza antagónica que sale de un ser que se asemeja a un dios, con facultades e identidad propia. Tal pensamiento proviene de las enseñanzas de Zoroastro o Zaratustra, autor de una antigua religión, el mazdeismo, que dominó desde Irán hasta casi la totalidad de reinos en Asia, razón por la cual el apóstol Pablo (Saulo de Tarso), proveniente de Turquía, estaba tan familiarizado con ella y la mezcló con la enseñanza de los primeros cristianos añadiendo temas de la idolatría romana que es una gran mezcla de religiones y mitos de las provincias sobre las que extendía su imperio.
La consecuencia inmediata de todo este rompimiento, que puede llegar a tardar hasta tres años o más, dependiendo de la constancia en los estudios y el compromiso de querer cambiar, es la sensación de un inmenso vacío, un vacío emocional tan grande como el de una situación de luto. Uno de los factores que más está afectando a las nacientes comunidades noajidas es precisamente la falta de presencialidad, de tener encuentros físicos entre sus miembros. La mayoría de comunidades en América Latina, al menos, se han quedado en la virtualidad, en estar conectados por una pantalla y nada más.
Aunque este método ayudó bastante en los tiempos de pandemia, cuando nadie podía salir de casa, y también ayudó a conectarse con rabinos que estaban dispuestos a enseñar de esta manera ya que no es frecuente que las puertas de una sinagoga se abran para darle la bienvenida a un grupo de personas no-judías, por más noajidas que sean. Pero tampoco se palpa el esfuerzo de estas comunidades para consolidar proyectos que los unan con un mismo objetivo. No se motivan a tener una sede, a realizar reuniones periódicas, a contratar un rabino y todo ese tipo de cosas que son fundamentales para el crecimiento y el fortalecimiento. Al mismo prosélito judío se le exige que viva en medio de una comunidad judía como parte de su formación y requisito para la conversión.
La aplicación práctica de las 7 leyes de Noaj es un tema de profunda discusión al que la mayoría de los noajidas le sacan el cuerpo, por así decirlo, y se limitan a simplemente "leer" un libro y ver unos cuantos youtubers. Algunos rabinos coinciden en dejar que Dios supervise Su mundo y lo guíe hacia donde Él quiere que vaya. Cada hombre ayuda con el bien que derrama a su alrededor, y el resto no depende de nosotros”. En otras palabras, “Solo mantén la Ley de Noé como un vehículo para la salvación personal y no provoques ningún problema”.
La educación es clave, a nivel social, es la única forma de crear Estados independientes, pero las siete leyes no son simplemente personales, el objetivo debe ser la obediencia a la implementación social de los 7 preceptos, de lo contrario, los noajidas estaríamos formando sociedades vasallos de Israel. Y frente a la aplicabilidad de los 7 preceptos de manera social, Israel tiene el mismo problema, de las 613 Mitzvot se reducen hoy a solo 60 mitzvot “personales” válidas en todo momento para los hombres y 46 para las mujeres.
Algunos noajidas siguen esperando la llegada de un rabino que abra una sede en algún garaje, con sillas plásticas y un potente equipo de sonido, al modo evangélico pentecostal, y comience a invitar personas. Eso no va a suceder, afortunadamente, esa idea solo se concibe en una mentalidad que no ha dejado atrás la idolatría y sus antiguas prácticas. Si bien algunos rabinos pueden asumir la responsabilidad de enseñar las 7 leyes de Noaj a las naciones y el resto de la Torah, muchos entienden que no están obligados a hacerlo.
Regresando al tema de la formación de comunidades noajidas, desde una mirada crítica, éstas se están quedando en el primer punto de su ascenso, dejar la idolatría, que como dijo alguna vez el rabino Itzak Ginsburgh, esto es mucho mejor que el mundo que tenían sin duda, pero no se pueden conformar con quedarse en ese nivel, es necesario avanzar más en la escala espiritual y para ello es necesario que aprendan y ejerzan las leyes de Tzedaká, de justicia social. Este es el verdadero gran salto para la corrección de este mundo. Pasar de ser Bnei Noaj a Bnei Abraham.
También es necesario aclarar que nosotros hablamos de comunidades noajidas, pero en verdad se trata de pequeños grupos virtuales, que en la mayoría de webinar no sobrepasan las 20 personas. Para muchos, la única medición posible se basa en el numero de seguidores que tienen en redes sociales pero todos sabemos que esos datos no ofrecen una mirada real de lo que está sucediendo. Para hablar de comunidades tendríamos que contar con grupos grandes, tal vez sobrepasando los 500 miembros activos o mejor si son más y no tanto es importante el número sino más bien el nivel de impacto positivo que esos noajidas están haciendo en sus ciudades, eso si es importante.
En Colombia por ejemplo, estamos involucrando a niños noajidas en reuniones del Centro Mundial de Sabiduría Infantil, con niños de distintas partes de Latinoamérica, de la mano con la Fundación Marcelino Muñoz, también en los programas de liderazgo de los Niños Forjadores de Paz, de la Fundación Mercedes Herrera y el Programa Educativo para la Paz, de la Fundación Prem Rawat. Así que esperamos que las futuras generaciones obtengan todas las herramientas necesarias para interactuar en un mundo que generalmente no está interesado en los temas espirituales, porque no ha podido articular la solución de los problemas del mundo y el comportamiento de las personas con la obediencia a Dios, pero con la creencia de Un Dios verdadero, no producto de la idolatría. El asunto primordial por ahora es hacer del noajismo algo que supere lo teórico y se convierta en algo práctico y útil para la sociedad.
Pero, mientras persista en las personas la idea de acercarse a las comunidades noajidas para encontrar "Qué hay para mi" verdaderamente esas personas no están listas aún para recibir Torah, no han dejado el esquema de pensamiento que los condujo a hacer idolatría. Existe entonces la exigencia de ser sinceros y comprometidos, aprender a trabajar en equipo, como comunidad, no solo como individuos.
En conclusión, el tema de la idolatría es algo muy complejo en el ser humano y la discusión no debe centrarse en este o en cual otro dios seguir, el verdadero problema radica en las actitudes y comportamientos, en la forma de razonar que nos llevó a ser idolatras, sino cambiamos eso seguramente vamos a seguir idolatrando hasta el último día, pasando de una creencia a otra, identificándonos hoy de una forma y mañana de otra, como cambiarse una camiseta.
Todas las naciones del mundo, cada individuo en esas naciones, está llamado a encontrar el propósito Divino por el cual se encuentra en el lugar y la situación que tiene. El mejor método, pero no el único, es recibir la profecía que fue dada por Dios al pueblo de Israel por medio de la Torah, pero no para convertirse al judaísmo, sino para entender el mensaje universal que la Torah tiene para el mundo, que es algo distinto.
Comentarios
Publicar un comentario