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El Carácter Universal del Judaísmo (Parte 2 de 4))

Por el Rab Ouri Charki




“Piadosos” y “Sabios” de los pueblos del mundo.


Continuamos estudiando el tema de Bnei Noaj, el pacto que Dios hizo con las personas, los siete mandamientos y otros asuntos relacionados con ellos. 

Considere las palabras de Maimónides en Mishne Tora: las leyes de los reyes, que son la fuente central sobre este tema. Capítulo 8, puntos 10, 11. 

Moisés, nuestro maestro, legó mandamientos solamente a Israel, tal como está escrito: “Una ley nos prescribió Moisés, una herencia para la asamblea de Jacob. “[Deuteronomio 33: 4]. Y a aquellos de otras naciones que quieren convertirse al judaísmo, como está escrito: “para ti y para el extranjero” [Números 15:15]. Pero aquellos que no quieren, no se obliga a aceptar la Torá y los mandamientos. Es interesante notar que la apertura y libertad se muestra aquí en el asunto de la elección.

Hay críticas, especialmente por parte de los musulmanes con respecto a la universalidad del judaísmo, y se nos dice: “Si creyeras completamente en tu religión, obligarías al mundo entero a guardar los mandamientos de la manera en que lo haces tú mismo”. Por ejemplo, la Jihad proviene del hecho de que el Islám tiene confianza en sí mismo y, por lo tanto, cree que el mundo entero debería convertirse en musulmán.

No entienden la idea básica expresada por el rabino Yehuda Halevi sobre la importancia de la diversidad de la humanidad.

Yehuda Halevi dijo: “Israel entre las naciones, es como el corazón entre otros cuerpos”. La humanidad es un organismo similar al cuerpo humano, se compone de diferentes órganos. Si todo el cuerpo consistiera solo en el cerebro o solo en el corazón o solo en los ojos o las manos, entonces sería un monstruo. Es imposible vivir así. Y lo que crea la esencia y la belleza de una persona es la diferencia entre los órganos. Lo mismo puede decirse sobre la humanidad. El Altísimo creó setenta naciones (este es un número tipológico, de hecho, por supuesto, hay muchas más) y cada parte de la humanidad expresa otra dimensión de la humanidad, y el pueblo de Israel es una especie de centro, una dimensión espiritual que influye y es influenciada por todo el mundo. Por lo tanto, aquellos que no quieren, no lo fuerzan a realizar toda la Torá y los mandamientos.

Pero ¿Qué significa “no forzar”? Esto significa que sería deseable, pero no se debe ejercer una coerción. Es aconsejable ir al judaísmo, y es deseable cumplir ciertos mandamientos. Discutiremos esto más adelante.

Y a Moshé, nuestro maestro, Dios le ordenó que todas las personas debían cumplir los mandamientos que fueron dados a Noé. Y aquellos que no los acepten serán muertos.

Esta expresión es muy rígida. Y realmente la ley es mucho más leve de lo que parece en la formulación anterior. Por lo tanto, Maimónides decretó que no están obligados a obedecer todos los mandamientos, pero hay cosas básicas que están obligados a observar. Y esta es la unión entre el Altísimo y la humanidad, que se concluyó en los días de Noé.

Y el que los acepta se llama “Guer toshav” (quien puede vivir junto con el pueblo judío), en cualquier lugar.

¿Qué significa “aceptar”? ¿Esto significa que “cumple”? Veremos más adelante, en palabras de Maimónides, que existe una clara distinción entre “aceptar” y “cumplir”. Por ejemplo, una persona que a los 13 años asume la responsabilidad de la Torá y los mandamientos. ¿Cumple automáticamente todos los mandamientos? No, significa que esta ley ahora lo vincula. Al igual que una persona que recibe la ciudadanía de un país, esta ciudadanía le obliga a observar las leyes del país, y recibir un castigo de acuerdo con sus leyes si las viola. Esto se llama “aceptar”. Después de eso, ya hay un control sobre la “ejecución” de las leyes. Por lo tanto, aquí Maimónides habla de la primera acción, llamada “aceptación”. 

¿Y cómo se implementa esta aceptación?

Debo aceptarlos frente a tres “Javerim” (el término “Javerim” no es del todo claro; puede significar tanto “rabinos” como “judíos religiosos competentes”, o simplemente “judíos”). 

Por lo tanto, hay un tipo de ceremonia de aceptación de los mandamientos. ¿Cuál es el significado de esta ceremonia? De acuerdo con lo que hemos demostrado previamente en el pasaje del tratado Baba Kama – la humanidad en la antigüedad, pasó del estado de: “llevar a cabo, porque se ordenó” al estado de: “llevar a cabo, pero sin que se haya ordenado.” En este caso, el que acepta de forma oficial el cumplimiento de los Siete Mandamientos (por razones que analizaremos más adelante) – ha de volver a la condición de “llevar a cabo, porque se ha ordenado”. Por ejemplo, explica el rabino Judah Ayyash (uno de los mayores factores de influencia en los sabios del norte de África 17-18 siglos) en su comentario sobre este pasaje de Maimónides. Y dice que esta acción transforma a una persona, pasando de la posición de “cumplir, sin que se le ordenó” a “cumplir, porque se ha mandado.” De esta forma se une a la forma en que el Pueblo de Israel acepto los mandamientos. Dado que, de la ejecución misma de los mandamientos, depende el acercamiento y la conexión con Dios.

En el párrafo 11, Maimónides agrega:

Cualquiera que acepte los siete mandamientos y cumpla con ellos, es considerado a partir de este momento como parte de: “jasidei Umot haolam”= “los piadosos de los pueblos del mundo” Y él tiene un destino y lugar en el mundo futuro. 

Aquí vemos que hay una diferencia entre la aceptación y la observancia.

¿Qué significa “él tiene una herencia en el mundo futuro”? Esto significa que se une al destino del pueblo de Israel, que tiene una participación en el mundo del futuro. Y esto, a condición de que las acepta y las hace debido a que El Todopoderoso lo ordenó en la Torá, y nos dijo a través de Moisés, que los mandamientos de Noé fueron entregados anteriormente.

Es decir. No basta simplemente con cumplir con los siete mandamientos, e incluso la adopción de los siete mandamientos – sino que es necesario que la base espiritual para la adopción de los siete mandamientos sea la creencia de que estos se reciben a través de la Revelación de Sinaí. Que provienen de la Torá de Moisés. Hay aun así una dificultad para resolver. ¿Por qué debería necesariamente creer que los mandamientos fueron recibidos por Moisés? Y si él tiene una tradición directa de Noé, ¿no será suficiente? Pero vemos que lo que se le ordenó a Noé fue olvidado. Y esto es lo que aprendimos del tratado de Baba Kama. Por lo tanto, es cierto que antes de Moisés – los 7 mandamientos eran seguidos por el hecho de que Dios ordenó a Noé, pero ahora ya no es así.

Esto no es algo simple en absoluto. En el Midrash, que se llama “Mishná de Rabí Eliezer” (uno de los antiguos Midrash, escrito durante la época del Talmud), se establece claramente que, con el fin de ser personas justas del mundo, es necesario recibir estos 7 mandamientos de Noé mismo. Vemos que Maimónides no se refiere a este Midrash, aunque sí se sabe que estaba familiarizado con él. Y él cambió el texto, indicando que se requiere la adopción de la tradición de Moisés. Esto se explica por la diferencia que existe entre las enseñanzas de la Tora de los hijos de Noé y Torá Moshé.

De todas maneras, hay necesidad de una aclaración. En La Torá esta la “prohibición de comer el Guid Hanashe (tendón femoral).” Esta prohibición se dio en tiempos de nuestro padre Jacob, después de la pelea con el Ángel, donde fue dañado ahí mismo. Y a partir de aquí, hay una prohibición de comer esta parte de los animales permitidos. En aquellos días no había ninguna prohibición de los hijos de Israel de comer, por ejemplo, carne de camello – pero más tarde, cuando se entrega la Torá, esto fue prohibido. Y surge la pregunta: “¿Qué pasa hoy si un judío come el “Guid Hanashe” del camello? ¿Acaso viola sólo una prohibición, comer carne de camello, o viola dos prohibiciones, la prohibición de la carne de camello y la prohibición de comer el tendón femoral?” Sobre este tema hay un desacuerdo entre los sabios y el rabino Yehudá. El rabino Yehudá dice que en un caso tal, infringe dos prohibiciones – viola la prohibición del tendón femoral, y la de la carne de camello. Los sabios dicen: Cuando se le dio la Torá – la ley fue actualizada. Por lo tanto, incluso si anteriormente tenía una prohibición separada que prohibía comer el tendón femoral del camello, con la promulgación de la ley de la Torá, la situación ha cambiado; y lo que nos obliga, es solo lo que recibimos de Moshé. Y puesto que la Torá de Moshé prohibió la carne de camello – es evidente la inclusión del tendón femoral. Y si un judío lo come, violará solo la prohibición de carne de camello.

Y en esto mismo es que hay desacuerdo entre Rabenu Saadia Gaon y Maimónides: si Israel debe continuar con las leyes de Bnei Noaj o la totalidad de la ley se ha dado de nuevo.

Maimónides continúa: 

Pero, si lo que hizo, lo hizo de acuerdo con su propio entendimiento…

Es decir, si una persona llegó a la conclusión de que estos mandamientos – son la conducta correcta y apropiada para un hombre de bien. Así, por ejemplo, se entiende que lo hicieron muchos filósofos griegos, como lo expusieron en sus libros (un ejemplo: el de Aristóteles en su “Ética a Nicómaco”) En este caso, este hombre no es considerado un “Guer toshav “, tampoco es de “los piadosos de los pueblos del mundo”, y NO es de los “sabios del mundo”. 

¿Y entonces, como se considera? Aquí hay una cuestión importante y delicada, que puede llevar a la confusión debido a que la edición del libro de Maimónides no es correcta en algunos casos. En la mayoría de las ediciones impresas de Maimónides dice, “…este hombre no es considerado un “Guer toshav”, tampoco es de “los piadosos de los pueblos del mundo, y NO es de los sabios del mundo …”. ¡Y es muy difícil estar de acuerdo con esta lectura, ya que luego que hemos determinado que este es un hombre prudente y de bien, llegamos ahora a esta conclusión de que esa persona no es prudente y no es sabia!! Esto no puede estar de acuerdo con lo que Maimónides escribe en este capítulo sobre la persona “piadosa de los pueblos del mundo”.

Por lo tanto, parece que esto fue tomado de una versión revisada del manuscrito verificado Maimónides, donde claramente el escribe (y fue corroborado claramente):

“…este hombre no es considerado un “Guer toshav”, tampoco es de “los piadosos de los pueblos del mundo, SINO que es de los sabios del mundo”. [NOTA: En la versión hebrea del texto, las palabras “y no” y “sino que” difieren en solo en una letra ‘alef’, por lo que podría ser un error de escritura.]

Por lo tanto, tenemos dos opciones de observancia de las leyes de Noé: o como un piadoso (es decir, hasid umot haolam) o como un sabio. Piadoso es quien acepta las leyes de Noé a través de la tradición de la revelación a los hijos de Israel, desde Noé o Moisés, recibiendo la naturaleza divina de estos mandamientos. Y el que los realiza por razones intelectuales o morales se llama sabio. 

La pregunta es, ¿qué pasa con el mundo futuro? Si un hombre sabio tiene un destino en el mundo futuro, entonces Maimónides debería haber agregado: “y él tiene una participación en el mundo futuro”. Y si él no tiene una herencia en el mundo futuro, entonces Maimónides debería escribir que no tiene participación en el mundo futuro. Surge aquí la pregunta: ¿Por qué Maimónides no explicó este aspecto? Los comentaristas de Maimónides tienen diferentes puntos de vista sobre este tema.

El Rav Kook escribió, que el hombre prudente, el Sabio, al cual Maimónides se refirió pero no especificó si él tiene una participación en el mundo del futuro (ver “Igrot reaya Cap. I, pag 100.) – “Que el destino espiritual de una persona así, no puede determinarse de acuerdo con el concepto de “parte del Mundo Futuro”, ya que este concepto se refiere a una tradición religiosa. Pero hay otro tipo de conexión con el creador, la cual corresponde a cada filosofía de acuerdo con su enfoque. En una filosofía, esto se llama “Nirvana”, en otra “la eternidad del alma”, “Shamadi” o “Iluminacion”. Cada filosofía define este concepto a su manera; y es por eso que la Torá no habla de eso.

Y es interesante, ya que, en el Midrash, que hemos mencionado anteriormente, la Mishná de Rabí Eliezer – dice que la persona que realiza los siete mandamientos por su propio entendimiento, recibe un premio sólo en este mundo. Por lo tanto, Maimónides vio esta fuente, pero no trajo esta opinión. Y aparentemente él creía que la Torá no establece una ley definida. Pero, dice el rabino Kook, es muy posible que hay que concluir que el Sabio es más digno que el Piadoso – ya que el sabio alcanza la verdad en su mente y por sí mismo, mientras que los fieles piadosos lo hacen a través de la tradición, y no lo revisa por él mismo. Y la sabiduría es la parte más sublime del hombre.

Siguiendo lo expuesto por el Rav Kook, surge la pregunta, ¿por qué Maimónides dictaminó que el sabio no recibe la condición de Guer toshav, y de acuerdo con lo que está escrito abajo – no debemos permitir que viva en la Tierra de Israel? ¿Por qué no le damos al sabio esta oportunidad de vivir en la Tierra de Israel, ya que él observa los siete mandamientos? Parece que Maimónides entiende que, dentro del marco del estado judío, preferimos personas que aceptan la autoridad de nuestra Torá y las consecuencias de carácter moral, y no sólo los filósofos morales. Pero esta es una pregunta sobre la condición de este hombre respecto al estado judío (al pueblo de Israel), y no respecto del estado de esta persona ante el Todopoderoso.

Así, hemos distinguido la diferencia entre el sabio y el piadoso. Y surge la pregunta: ¿este sabio también debería creer en Dios? Y si es un ateo, ¿lo consideraremos un sabio de los pueblos del mundo? Hay desacuerdo sobre este tema. Algunos creen que un ateo viola la prohibición de la “blasfemia”. Es decir, declarar que no hay Dios, es una blasfemia. Pero se puede expresar el punto de vista opuesto. En el Talmud, en el tratado de Meguilá, se dice que: “Todo el que niega la idolatría puede ser denominado judío”. Es decir, puede que una persona no esté lista para reconocer a Dios, pero él está listo para negar la idolatría. Y esto es lo que está haciendo un verdadero ateo. Por ejemplo, el filósofo Jean Paul Sartre se define a sí mismo como un ateo y, por otra parte, cree que, si el mundo será alguna vez liberado, esto será a través de Israel y su fe en Dios (esto dijo Sartre tres semanas antes de su muerte, en una entrevista con su estudiante judío Levi Beni).

Tal vez esto es una repetición de palabras del comandante arameo, Naamán, que le dijo al profeta Eliseo: “He aquí, ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra, sólo en Israel” (II Reyes, 5:15). Es decir. El ateísmo, no es una teología, sino una experiencia. Hay un hombre que no tiene “ningún dios”, y esto significa que no tiene ídolos. Si preguntas, ¿lo dice en serio?, responderá: “No realmente, pero si quieren verificarlo seriamente deben preguntarles a los judíos, ellos saben de lo que están hablando. Pero para nosotros es preferible remitirse a estar sin dioses en absoluto “. Y es interesante que la ley establece que el primer mandamiento de los Siete Mandamientos de Noé, es la prohibición de la idolatría, pero no la obligación, de creer en Dios. En contraste con ¿cómo está en el código de mandamientos judío? Por lo tanto, existe para las naciones del mundo una muy amplia gama de oportunidades para acercarse a Dios, incluso para los que se definen, tal vez erróneamente, como ateos. Y esto es lo que concierne a las diferencias entre los piadosos y los sabios.

Y por ley, cuando decidimos cuál es el estado de una persona, entonces deberíamos preguntarle si aceptó o no los siete mandamientos de Bnei Noaj. Y su estado se establece de acuerdo con su aceptación oficial de los mandamientos. Y para esto necesitamos una ceremonia, que llamamos de “Aceptación”. Y en Brith Olam es costumbre hacer esto ante Beit Din (un tribunal judío de tres personas).
 
 

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