Posmodernismo, progresismo y noajismo: ¿Hacía qué mundo vamos?

 

Crisis de Valores y Pos-modernismo:

El posmodernismo surgió en la década de 1960, con personajes como Foucault, Derrida, Deleuze, entre otros y permeó el campo cultural, filosófico y artístico en distintas maneras, haciendo una fuerte crítica a lo planteado por los valores de la modernidad (no del modernismo, que es otra cosa) y replanteando el concepto de los saberes y nuestra relación con el mundo.

El posmodernismo, más allá del campo artístico, cuestiona las narrativas totalitarias que intentan explicar el papel de la humanidad de una manera, finita, limitada, que en sus términos las define como reduccionistas. Ante esto, se propone partir de la base del Pensamiento, lo cual obligaría al ser a actuar, en un ejercicio de deconstrucción, que corresponde más a la sensibilidad que a la razón.

Mientras otras formas de pensamiento se basan en la dualidad en donde lo uno niega lo otro, blanco-negro, hombre-mujer, bien y el mal, como era aceptado desde la Ilustración, el Marxismo, la filosofía cerrada de Baruk Spinosa entre otros grandes movimientos, el posmodernismo no hace una negación de la identidad, sino que promulga la “diferencia” como algo productivo (progresista). En este sentido, Lyotard habla de “disputa” al reconocer que es ya no es posible definir la “verdad” desde los movimientos filosóficos occidentales del modernismo.

En el campo de las ideologías como sistemas políticos y económicos, el posmodernismo denuncia como se pasó de un sistema de producción a uno de consumo, y de consumo compulsivo, que ha conducido al planeta a su devastación por escasez de recursos y todos los problemas medio-ambientales que repercuten de manera directa en la vida de las comunidades. Estos mecanismos han formado parte de políticas como el liberalismo y diversas narrativas sociales que ahora se consideran obsoletas como dijera Gianni Vattimo, “Hablamos de posmodernidad, porque de alguna forma, la modernidad ha acabado”.

Pasamos entonces de sociedades basadas en valores, como la planteara en su libro “La Ética Universal” Shimon Dovid Cowen o por lo menos que apuntaban hacia ello, a una crisis de valores, en las que las verdades absolutas dejan de ser, y comienza una nueva era en que los valores ya no son universales, sino que son relativos, subjetivos e igualmente válidos (según los posmodernistas) de donde surgen la ideología de género, los movimientos feministas modernos, el movimiento LGTBi y hasta las manifestaciones más recientes de judeofobia y antisemitismo. Vattimo plantea una ética débil, es decir, una ética que no se basa en principios universales e inmutables, sino en situaciones concretas e históricas. Una ética débil es una ética que no impone normas ni deberes, sino que propone valores y fines.

En el campo religioso, la crisis no puede ser peor, el papel fundamental que jugó, en su momento histórico y social, el cristianismo (llámese catolicismo, evangelismo, mesianismo y todos los "ismos" posibles) ha dejado de ser. Simple y llanamente ha fracasado. Países predominantemente cristianos en occidente, desde Europa hasta las Américas, hoy en día ven perplejos y hasta con cierta complacencia como los movimientos de izquierda política se han volcado a los valores orientales del islam, en su forma más belicista, porque en realidad muchos no comprenden ni una "j" de lo que se trata. Solo forma parte de su discurso anti-occidental, capitalista, derechista, etc.

España, Francia y Reino Unido son claros ejemplos de este fenómeno que comenzó con las migraciones del norte de Africa, producto de las guerras como la de Irak, Afganistán y Siria. Hoy por hoy, está creciente población, que se reproduce a un ritmo impresionante ya conforman el 30% de la población total del país y, por consiguiente, el desplazamiento de la religión occidental y los valores que representaba, en un momento en el que, gracias a los "valores" progresistas, se encontraba en el declive más pronunciado de toda su historia. Estamos hablando de que con el secularismo religioso, que no es más que la falta de Fé  y normas, el cristianismo, solo en España, se encuentra por debajo del 50%, siendo muy generosos en este cálculo. Decenas de iglesias son abandonadas para dar paso a las mezquitas y otro tipo de usos para estos edificios.

Occidente juega peligrosamente el rol de auto denominarse "progresista" sin tener muy claro de lo que se está cultivando en su propio suelo. Como siempre, pensando que "de alguna manera" van a poder evangelizar a todos estos migrantes y "enseñarles" los valores occidentales, como si fuera una labor muy fácil. Realmente está sucediendo todo lo contrario.

El escritor y periodista español, Arturo Pérez-Reverte y otros grandes pensadores lo explican de manera muy clara. Es casi imposible entender la cultura árabe-musulmán desde la perspectiva occidental, como bien lo expresó en su momento el presidente de los Estados Unidos Bill Clinton a comienzos de siglo, sencillamente porque son otra cultura, milenaria, completamente diferente, con valores y raíces distintas. Y no sólo es el caso con los musulmanes, también está ocurriendo con China y con Rusia. Es el mismo rechazo hacia occidente. Exportar esa filantropía occidental al resto del mundo, sencillamente no funciona y no va a funcionar.

En Occidente se creó una religión llena de virtudes que se implantó, a la fuerza en muchos casos, y que luego se consideró como algo exportable pero la realidad es que ya no es virtud ni para nosotros mismos. Algo así como dijo el cantante Jhon Lenon en su tema "Imagine" Piensa como nosotros y el mundo estará en paz, pero llevado a la práctica no es así. La posmodernidad ha deteriorado el pensamiento de las personas tanto que ya no es tan fácil convencer a las masas, y tampoco hay la fuerza para hacerlo. Ahora cada quien piensa como quiere pensar, cree en lo que quiere creer y se asume como bien le parece ser, y se supone que todo eso está bien, lo malo es que no existen límites ni normas, es el camino hacia a la anarquía.

De tal modo, que no es de sorprender que tales ideas estén tan manifiestas en el mundo actual. Es que estamos viviendo la generación que creció con este pensamiento, y con unas herramientas de tecnologías de comunicación que trascienden fronteras, culturas e idiomas. Ahora todo es globalizado, lo que hubiera sido un mero estallido ideológico o social limitado en una remota ciudad del planeta ahora tiene la posibilidad de hacerse viral en muy corto tiempo. Y lo más delicado del asunto, es que por medio de estas tecnologías son los más jóvenes quienes más rápido tienen acceso, sin ningún tipo de limitación, de academia que instruya, mientras que las políticas educativas y de inversión social siguen rumiando en la pre-historia de la información y el rol de la familia y las demás Instituciones, que no solo han dejado de ser, sino que se niegan a reconocer el mal que se avecina.