¿Por qué algunos individuos se aferran a creencias sin fundamento?
Muchas personas encuentran en una religión un refugio frente a la incertidumbre, el miedo o la soledad. Ofrece respuestas claras a preguntas existenciales, regula emociones y proporciona consuelo en momentos difíciles. Al cubrir esas necesidades profundas, psicológicas y emocionales, las personas interpretan cualquier duda como una amenaza a su bienestar emocional, lo que refuerza aún más su apego.
Este proceso también les ayuda a crear al individuo un sentido de identidad y pertenencia a un grupo específico, a un "nosotros" y los "demás" o la otredad en la que perciben a los otros como diferentes de sí mismo.
La religión moldea la auto-conceptuación y las relaciones intergrupales. Adoptar un sistema de creencias aporta un sentido de pertenencia a un colectivo, define roles y marca límites claros entre “nosotros” y “ellos”. Romper con esas creencias significa perder no solo ideas, sino también la red de apoyo social que da sentido a la propia identidad.
Existen otros factores que ayudan a reforzar esta fe. Estos mecanismos mentales funcionan como filtros automáticos que blindan a la persona frente a argumentos que socavarían sus creencias:
El Sesgo de Confirmación
Este término fue creado por el psicólogo Peter Watson, por los años 1960's, también
es conocido como la recolección selectiva de evidencia. Es considerado un
efecto del procesamiento de información, en virtud del cual la gente se
comporta de manera tal que sus expectativas se hagan realidad buscando e interpretando la información de manera selectiva para validar lo que ya se cree. La gente tiende
a favorecer la información que confirma sus ideas preconcebidas o hipótesis,
independientemente de la veracidad o falsedad de esa información.
Las personas ya tienen ideas
preconcebidas desde un comienzo y para confirmarlas tienden a reunir evidencia
y recordar información de manera selectiva e interpretarla en su conjunto de
manera tendenciosa.
La Disonancia Cognitiva
A menudo asumimos que los seres humanos, por ser capaces de pensar y razonar, actuamos de manera siempre lógica. Creemos que nuestras decisiones se basan en conclusiones a las que llegamos usando métodos racionales. Sin embargo, en muchas ocasiones, esas reflexiones que parecen tan profundas no son más que una especie de fachada, una excusa que usamos para justificar decisiones que en realidad ya tomamos de forma irracional, aunque quizás no nos demos cuenta en ese momento.
León Festinger, entre otros autores notables como Ovejero, investigó socialmente como la mentira se relaciona fuertemente con el concepto de la disonancia cognitiva, cuando la persona busca minimizar o racionalizar las evidencias en contra para evitar el malestar mental.
El efecto de Anclaje
Propuesto por Daniel Kahneman y Amos Tversky en 1974, ha sido clave en el estudio de la psicología conductiva. Este efecto describe la tendencia de las personas a quedarse más con la primera información que se les ofrece, la cual influye en la toma de decisiones posteriores. En el momento en el que se forma el anclaje, el resto de opiniones se forman en torno a esta información, de ahí que se considere un sesgo cognitivo y fiarse excesivamente de la primera explicación recibida en lugar de considerar otras perspectivas.
Cuando los líderes religiosos y la comunidad respaldan unas ideas, abandonarlas se ve como un acto de deslealtad. La transmisión intergeneracional —madres, abuelos o maestros— refuerza la idea de que cuestionar equivale a perder respeto por las propias raíces culturales. Esto podría también contemplarse desde las teorías de la recompensa emocional, como en los estudios de Inzlicht y sus colaborares, con el paradigma del "juego de pelota" o Cyberball en los que el temor por la exclusión social refuerza la religiosidad y actúa como recompensa emocional, reforzando la fe como mecanismo de cohesión social. Estos hallazgos subrayan que la validación —“me acoges, me valoras”— se traduce en un refuerzo neuroquímico que fortalece la adhesión a las creencias religiosas
Renunciar a una cosmovisión implica afrontar la ausencia de un sentido ya establecido: ¿quién soy si dejo de ser lo que siempre he creído? Ese miedo al vacío existencial suele frenarnos y empujarnos a aferrarnos con más fuerza a doctrinas que, racionalmente, carecen de fundamento.
¿Cómo actúan estos factores en la religión?
Una persona puede creer firmemente en un dogma religioso (por ejemplo, que Jesús venció el pecado y la muerte), pero al enfrentarse a evidencia científica (como la falta de fundamentos históricos acerca de su propia existencia), surge una incomodidad psicológica. Para resolverla, tiende a rechazar la nueva información, ignorando la evidencia científica. En este caso se recurre a justificar esta incongruencia reinterpretando la creencia religiosa del cristo teológico vs. el cristo histórico y la creencia por la fe.
En las comunidades religiosas, la disonancia puede surgir cuando un individuo duda de las creencias del grupo. Para evitar el rechazo social, puede alinear sus pensamientos con los del grupo, incluso si internamente tiene dudas, lo que refuerza la conformidad.
Otros estudios como los de McNamara, en "La Neurociencia de la Experiencia Religiosa" se analizan las estructuras cerebrales que intervienen en el proceso de la codificación de la recompensa emocional. Estos picos de dopamina, producto de los rituales grupales, se correlacionan con el sentimiento de confirmación y pertenencia al recibir gestos de aprobación o reconocimiento espiritual de otros fieles. Si le interesa este tema de cómo se activan los circuitos dopaminérgicos asociados al placer y la recompensa cuando se recibe aprobación por parte del grupo, puede buscar acerca del trabajo de Calle-Sandoval y Arcila-Ayala.
El caso concreto de la creencia cristiana
Según estudios del Grupo Barna –la agencia
de encuestas más importante en el mercado de iglesias- la mayoría de los
miembros de las congregaciones desconocen, o ignoran a propósito, los
lineamientos de su iglesia y prefieren construir su propia escala de valores
espirituales que los haga sentir cómodos y se sienten renuentes a aceptar
cualquier tipo de divergencia, o estudiar cualquier tipo de confrontación de
sus creencias, en las cuales dicen creer “per se”.
Por apego a sus tradiciones. Porque así les enseñaron sus padres y es lo "normal" para ellos. Aunque encuestas realizadas en los Estados Unidos revelan una gran
disminución del número de creyentes en las iglesias debido a la creciente inconformidad y falta de confianza en los líderes cristianos, el
desconocimiento absoluto de las Escrituras y el propósito personal en la vida es la causa más común.
También por miedo. Aunque los
tiempos de la inquisición ya pasaron, gracias a Dios, la persecución al judaísmo está
lejos de acabarse. El anti-semitismo y corrientes de odio similares son la
constante en muchas partes del mundo en donde expresar que la idolatría es
contraria a la Fe judía es causal de repudio y aislamiento social.
Si a las personas se les enseñara que en el judaísmo tienen una alternativa de identidad espiritual, sin necesidad de ser judíos ni tener que recurrir a una conversión, seguramente ya muchas iglesias se habrían quedado vacías, pues la gente habría aprendido a que NO hace falta una religión, ni creer en un ídolo y mucho menos seguir un dogma para ser una buena persona y hacer lo correcto delante de Dios.
El noajismo, con su modelo de vida con valores éticos y morales aplicados en la cotidianidad es hoy por hoy una gran revelación, a pesar de haber estado en la historia desde los comienzos del tiempo, sin embargo es solo hasta ahora que los rabinos pueden abrir la Toráh libremente para enseñarla a todo el mundo, haciendo la claridad que un camino es el del judío, el cual debe cumplir 613 mandamientos y otro camino, igualmente válido, es del no-judío observante de los 7 mandamientos de Noé, que en la Toráh se denominan Hijos de Noé (Bnei Noaj).
Desde los años 50's ha venido creciendo la enseñanza de la Toráh para las personas que desean abandonar las religiones y están conociendo el verdadero origen de doctrinas como la cristiana que no fueron otra cosa que inventos o constructos de personas mal intencionadas que buscaban ejercer su dominio sobre poblaciones enteras.
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